Representantes de la industria forestal argentina organizarán del 27 al 30 de marzo en Mendoza el 5° Congreso Nacional y el 8° Latinoamericano de la Actividad, diez años después de la última convocatoria, y en esta ocasión los ejes de propuestas serán el aporte del sector a la economía circular, la lucha contra el cambio climático, la sostenibilidad, la investigación genética y la bioeconomía.
El encuentro es organizado por el Gobierno de la Provincia de Mendoza, el Consejo Federal de Inversiones, la Asociación Forestal Argentina (AFoA), el Programa Forestal del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), el Conicet y la Universidad de Cuyo.
Durante el curso, además de simposios, mesas temáticas y actividades paralelas, participarán disertantes del país y del exterior.
Télam entrevistó a Claudia Peirano, directora de Desarrollo Institucional de AFoA y secretaria del Comité Organizador, quien enfatizó que al Congreso también asistirán representantes de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), quien, aseguró, «tiene una departamento forestal muy activo» y animará un simposio sobre «Cadenas de valor forestales sostenibles para economías más resilientes, inclusivas y neutras en carbono frente a los desafíos ambientales».
Peirano destacó la tendencia internacional, apoyada en particular por la FAO, “de promover el uso de la madera como respuesta a la necesidad de generar alternativas más sostenibles frente al cambio climático y la transición energética”.
En este sentido, destacó que “el sector forestal y la industrialización de la madera contribuyen tanto a la mitigación del cambio climático como a la adaptación al paradigma de la economía circular y dan respuesta a la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible y la neutralidad en carbono planteada como meta para 2050”. .
Debe tenerse en cuenta que luego de una serie de congresos forestales en la década de 1960, la organización de estos encuentros se retomó en 1993, un año después de la cumbre de Río de Janeiro, organizada por AFoA y con la participación de especialistas de varios países.
En esta oportunidad, el Centro de Convenciones y Exposiciones Emilio Civit de Mendoza recibirá a expositores como el español Eduardo Rojas Briales, quien abrirá las conferencias con una conferencia magistral sobre «La silvicultura y la bioeconomía», o el estadounidense Louis Verchot, quien hablará sobre las «consecuencias invisibles de la deforestación».
Siqun Wang de China se referirá a la ciencia de la madera y la nanotecnología, el mexicano Miguel Martínez Ramos abordará la ecología y el manejo de los bosques tropicales y la colombiana Sandra Rodríguez Piñeros presentará el aporte de las ciencias sociales al manejo forestal sustentable.
Se presentarán más de 200 trabajos de investigación basados en los ejes temáticos de cambio climático, ecología, biodiversidad y genética forestal, sostenibilidad social y educación, biometría, silvicultura, innovación productiva y competitividad económica.
Los incendios forestales tendrán especial atención en un simposio organizado por la Red Argentina de Ciencia y Tecnología Forestal (Redfor.Ar) junto con la Red de Manejo del Fuego Rural, donde se publicó la versión definitiva de la Guía Práctica para el Manejo Integral del Fuego Rural.
Otra de las mesas temáticas será la mesa “Mujeres del Bosque”, con la participación de mujeres líderes internacionales y nacionales del sector, quienes compartirán sus experiencias, casos y expectativas.
La industria forestal propone reducir el déficit habitacional mediante el uso de la construcción con madera
La industria forestal aspira al año 2030 con una capacidad de producción de 30.000 viviendas con madera al año, lo que representa aproximadamente el 25% del total de la construcción de viviendas unifamiliares al año, y contar con tecnología adecuada ya de acuerdo con los estándares internacionales.
“Es importante el aporte que puede hacer la construcción en madera, con métodos innovadores y soluciones industriales más económicas”, señaló la Mesa de Competitividad Industrial Forestal, que a su vez resaltó que “es más eficiente en el consumo de energía y reemplaza productos renovables no renovables (por ejemplo, cemento , hierro, aluminio) y con altos niveles de emisiones de gases de efecto invernadero, lo que la convierte en una opción preferente en la construcción sostenible y como herramienta de mitigación del cambio climático’.
En 2020, empresas y expertos del sector presentaron el “Plan Estratégico Forestal y Forestal Industrial Argentina 2030”, en el que reflejaron tanto la situación del sector, los recursos y normativas necesarias para apoyar su desarrollo, así como las metas a en un plazo de siete años, en un contexto marcado tanto por el déficit habitacional como por la necesidad de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) en la lucha contra el cambio climático y el ahorro energético.
La tesis tiene 178 páginas y el capítulo sobre construcción fue elaborado por un equipo coordinado por la ingeniera forestal Helga Vogel, profesora de la Facultad de Ciencias Forestales de la Universidad Nacional de Misiones (UNaM) y financiado por la Dirección General de Programas Sectoriales y Especiales y Proyectos (Diprosa).
Con un déficit habitacional estimado en unos dos millones de viviendas por construir, además de las ya existentes con carencias de calidad, la pesquisa concluye que “la cantidad construida anualmente iguala el incremento anual de demanda de viviendas nuevas pero no reduce el déficit de la historia”. y en este marco la construcción con madera podría representar un aporte adicional a la construcción húmeda tradicional.
El Plan Estratégico señalaba que las empresas dedicadas a la silvicultura industrial (en su mayoría pequeñas y medianas empresas) “utilizan diferentes sistemas constructivos”, con el inconveniente de que “muchas de ellas no cumplen con la normativa vigente a nivel nacional desde 2016 para la madera estructural”. “, uno de los aspectos que comenzó a analizarse en una mesa técnica convocada recientemente por la Dirección Nacional de Desarrollo Industrial de los Bosques.
Una vez que los estándares de certificación estén completos y con el financiamiento adecuado, la capacidad de producción de la industria podría multiplicarse por diez, considerando que actualmente se construyen alrededor de 3.000 casas de madera por año, con la meta de llegar a 30.000 en 2030.
Se estima que para una vivienda media de 60 m2 se utilizan 12 m3 de madera, de los cuales el 46% es madera estructural, el 47% revestimiento y el 7% tablero multilaminado fenólico u OSB (Oriented Strand Board).
“La producción anual de 10.000 casas de 60 m2 de diámetro consume alrededor de 120.000 m3 de madera con distintos grados de industrialización”, especifica el Plan Estratégico.
Sin embargo, la experiencia internacional ha demostrado claramente que existen avances tecnológicos para la construcción de edificios en altura, con sistemas constructivos como CLT (madera laminada cruzada) o MLE (madera laminada laminada o glulam, glulam).
Entre las principales metas, se destaca que para 2030, la construcción en madera representará «el 25% de la construcción total de viviendas unifamiliares» y que para entonces se «construirán de 5 a 10 edificios en altura».
Para el año se espera tener una capacidad instalada para «producir un mínimo de 30.000 viviendas unifamiliares al año», además de «soluciones de calidad para edificios institucionales» como escuelas y oficinas, así como «brindar servicios rápidos y soluciones de calidad para mejorar las condiciones habitacionales en viviendas y edificios’ y ‘construir edificios altos con estándares internacionales’.
Todo ello supondrá la creación de “al menos 12.000 puestos de trabajo directos”, tal y como destaca el Plan Estratégico.
“Para alcanzar una capacidad de producción de 30.000 casas construidas con madera, o el equivalente a 2.000.000 de m2, se requiere una inversión directa en tecnologías equivalente a las producidas de aproximadamente US$100 millones”, dijo.
Los organizadores del congreso destacaron la importancia de promover un «cambio cultural» para superar mitos y prejuicios sobre la construcción con madera, y en este sentido Peirano afirmó que el uso de este recurso «reduce la huella de carbono en un promedio de 60% en comparación con los sistemas tradicionales de construcción húmeda». (ladrillo y cemento)».
Esta reducción, explicó, es el resultado de “la combinación de lo que se almacena en el carbón de la madera y el hecho de que son más eficientes energéticamente y mantienen mejor la temperatura, requiriendo menos refrigeración y calefacción, siempre manteniendo los sistemas constructivos recomendados”. . «.
El potencial forestal argentino es considerable en comparación con el desarrollo alcanzado, considerando que la industria de este sector se abastece del 95% de la madera proveniente de 1,3 millones de hectáreas de plantaciones.
Sin embargo, Peirano presentó un estudio de la FAO en el marco del Proyecto de Fomento de la Energía Obtenida de la Biomasa (Probiomasa), que reveló 15.252.278 hectáreas potencialmente aptas para plantaciones forestales, once veces más de lo que existe actualmente.
“Argentina está en una gran situación tanto para la expansión del área sembrada como para el avance en el valor agregado de la madera”, dijo, y precisó que el sector forestal-industrial cuenta con 13.000 productores, más de 6.000 empresas, directas y registradas que emplean aprox. . 100.000 trabajadores.
Si bien la industria forestal históricamente ha tenido una balanza comercial negativa debido a las importaciones de papel, sus exportaciones rondan los US$700 millones.