8 de agosto de 1971 

COMUNICADO A LOS COMPAÑEROS 

Buenos Aires, Cárcel de Villa Devoto

Estimados Compañeras y Compañeros

Trabajadores de Luz y Fuerza de Córdoba 

En el Locutorio del Penal hemos conversado con el Compañero Dr. Arnaldo Murúa, que me ha trasmitido el deseo de una gran cantidad de Compañeras y Compañeros, para que acepte ser postulado como candidato a Secretario General del Sindicato de Luz y Fuerza de Córdoba por la Lista Azul y Blanca.

Al mismo tiempo me ha manifestado, que efectuadas distintas consultas a especialistas en la materia Derecho del Trabajo, dada mi condición de detenido a disposición del Poder Ejecutivo Nacional, legalmente no se me puede privar de tal derecho. Y que sólo, la consumación de nuevas arbitrariedades, sumadas a las que ya padezco, podrían impugnarme y proscribirme en esta eventualidad.

Como la respuesta me la ha pedido para ustedes, así la doy:

1) Esta circunstancia ya me fue anticipada después del acto del “13 de Julio” y se ha concretado ahora.

He tenido tiempo de meditar y así lo hice. Lo primero que surge en mí es el profundo reconocimiento que debo a mis Compañeras y Compañeros por tal grado de confianza y de solidaridad. De estas actitudes siempre estuve seguro, más sabiendo que la represión que padecemos es consecuencia del fiel cumplimiento de los mandatos del gremio y del Movimiento Obrero.

2) Nunca he ejercido un cargo para llenar vanas aspiraciones de figuración o para obtener ventajas personales.

Tanto cuando ejercí la representación estudiantil desde los dieciséis años de edad, como en todo el largo tiempo que llevo en el campo sindical.

Siempre me guió el afán y la sed de justicia y puse de mi parte el mayor empeño y esfuerzo para defender nuestros derechos y lograr nuevas reivindicaciones.

Lejos de mí está la vanidad de expresar que no he cometido errores.

Cuando así fue, la colaboración de los Compañeros y mi propio juicio crítico me permitió reconocerlos y si fue posible, corregirlos.

Lo que no cometí ni cometeré jamás, es una claudicación ante los enemigos de los trabajadores. Lo que no cometí ni cometerá jamás es una traición a mis compañeros.

Lo que no cometí ni cometeré jamás es entregar o arrastrar la dignidad sindical ante los usurpadores del poder, ante los participacionistas vergonzantes o ante cualquier patronal.

Todo lo que constituye mi vida pública y la trayectoria en las funciones sindicales ha estado y está a la luz del día, bajo el control y el juicio de todos los compañeros.

3) Quienes nos persiguen y quieren confundir nuestro pensamiento, acallar nuestra voz o apagar el fuego de nuestro corazón, seguro que pretenden como ya lo intentaron, que me autoproscriba, que me clausure a mí mismo.

Y con ello consagrar el precedente para aplicar en cualquier momento, la misma técnica a otros compañeros. Si así lo hiciera, si le evitara problemas al régimen, si decretara mi derrota para que ellos la celebren como una victoria sin disgustos, sin lugar a dudas tendría como premio la libertad y tal vez los halagos oficiales.

Con firmeza he afrontado las peores contingencias. Muchos que salieron o salen hoy de abajo de la cama, siempre me vieron de pie y con la frente alta.

4) Mis Compañeras y Compañeros de Luz y Fuerza de Córdoba, en cambio, me ofrecen la posibilidad de un cargo, nuevamente para el trabajo y la lucha. Que no sé si podré ejercer en la plenitud de atribuciones por el interrogante de la continuidad de esta prisión.

Lo que sé, es que la misma, tarde o temprano acabará, como resultado de las exigencias y acciones del Gremio, de la Clase Trabajadora y del Pueblo.

5) Para mí es clara la Opción:

a) aceptar la honrosa postulación para seguir afrontando todo lo que pueda en la defensa común de nuestros derechos.

b) domesticarme al régimen y ahorrarle la ignominiosa tarea de proscribirme, si arbitrariamente quiere impedir mi candidatura:

Así como es clara la opción es terminante mi definición:

Agradezco y acepto la postulación de los trabajadores de Luz y Fuerza de Córdoba.

6) Siempre hemos creído y practicado una auténtica democracia sindical de bases. Que ningún Compañero se sienta limitado para la formación de otra, o más listas para la elección del 17 de septiembre próximo. Quienes crean que nuestras convicciones, nuestro trabajo y nuestra lucha, no han respondido o responden a la defensa de la dignidad, derechos e intereses del Gremio, de la Clase Trabajadora y del Pueblo, tienen, dentro de las normas estatutarias, todo nuestro respeto por sus diferencias de enfoque. La voluntad soberana del Gremio es lo que todos cumpliremos.

7) Por último quiero decir: Si el régimen además de la cárcel, cayera sobre mí o sobre otros compañeros con impugnaciones o proscripciones para acentuar su política represiva, no por eso hemos de perder la fe, la firmeza y el espíritu combativo.

A uno lo reemplaza otro, a éste un tercero y así sucesivamente.

Nuestro sano optimismo no se marchitará. Los Trabajadores y demás sectores populares edificaremos el nuevo destino del hombre y de la sociedad con todos los sacrificios que sean necesarios.

La Lista Azul -y Blanca no arriará sus banderas. Las levantó y las levanta en los talleres, las oficinas y la prisión.

Para que el Sindicato sea recuperado por los trabajadores.

Para que el Gobierno sea ejercido por el Pueblo.

                 Muchas Gracias a Todos

    AGUSTIN J. TOSCO

 

(Volante reproducido por la Comisión de auspicio, Lista Azul y Blanca de los trabajadores de Luz y Fuerza de Córdoba)