4 de Noviembre de 1969

“ELECTRUM”. Nº 241

 REFLEXIONES BREVES — EL CONGRESO VOTO NO,

LA HISTORIA VOTO SI 

Justamente hace dos años, en octubre de 1967, se reunió en el hotel Independencia de Río Hondo, el XVII Congreso Ordinario de la Federación Argentina de Trabajadores de Luz y Fuerza. Durante sus deliberaciones fueron trata dos muchos temas. El fundamental se refirió al accionar del Movimiento Obrero Argentino. La Delegación de Córdoba sostuvo la necesidad de un pronunciamiento firme contra la política de la dictadura y la elaboración de un plan de lucha.

El Secretariado de la Federación sostuvo en cambio un programa de idílica normalización de la CGT, recostado en la expectativa esperanzada sobre los actos de gobierno, que aún prevalecía en la mayoría de los dirigentes de Luz y Fuerza de Capital Federal y del interior. Esta posición de refugiarse en los problemas orgánicos de la CGT y dejar de lado la lucha contra la política gubernamental, fue aprobada por el Congreso. La moción de Córdoba obtuvo el apoyo de varios sindicatos del interior sin lograr la mayoría.

El Congreso de Río Hondo le dijo NO a la moción del sindicato de Luz y Fuerza de Córdoba. Pero la historia le dijo SI. Desde 1968 y durante 1969, la lucha contra el régimen se intensificó de tal manera, que en toda la historia del Movimiento Obrero a partir de las históricas huelgas generales de principios de siglo, jamás se desarrolló con tanta amplitud y tanta intensidad la acción del Movimiento Obrero por sus reivindicaciones.

La política del Secretariado de la FATLYF, fue durante todo ese período tan variable, que nunca pudo ubicarse bien donde se encontraba. Fueron los primeros voceros del participacionismo; luego fueron a Azopardo; de allí se retiraron aunque no orgánicamente; después integraron la ya disuelta “Comisión de los 20” que será de triste recordación en la historia del Movimiento Obrero. Y después, como dando el definitivo SI a aquella moción de Córdoba, de hace dos años, propiciaron recientemente un paro por 38 horas, al estilo combativo de Córdoba. Evidentemente, sus recientes actitudes son las que más se acercan a la posición de nuestro sindicato, aunque éste haya sido sancionado por ese mismo secretariado, por estar en esas posiciones de lucha.

La historia del Movimiento Obrero ha cambiado. Las profundas definiciones lanzadas por la CGT de los Argentinos ya no se borrarán jamás. Al sindicalismo meramente adaptacionista, ha sucedido el sindicalismo que reclama el cambio del sistema. El sindicalismo que sabe que tiene que luchar contra el imperialismo. El sindicalismo que conoce que sin liberación nacional jamás podrá haber justicia social. El sindicalismo que debe luchar contra los monopolios extranjeros, contra los préstamos usurarios que atan y mantienen al País en el estancamiento económico.

Esta vigencia del nuevo sindicalismo la demuestra el hecho de que fue necesario a la Dictadura lanzar el más formidable aparato de represión sobre la Clase Trabajadora; intervenir a los sindicatos; establecer los arbitrajes obligatorios; congelar los salarios y fijar la duración de los convenios; aprobar y poner en funcionamiento una frondoso legislación represiva; asesinar trabajadores y estudiantes; encarcelar cientos y cientos de militantes y dirigentes; establecer Consejos de Guerra Especiales y condenar y encarcelar en el sur a representantes obreros y estudiantes y ciudadanos de Córdoba, que fue donde se desarrolló la resistencia más grande a la Dictadura.

La moción de Río Hondo sigue teniendo en esta época, plena vigencia. Y aún cuando no parezca, se acerca el fin de la Dictadura. Cuando más pareciera consolidada por los recientes acontecimientos en el campo sindical, es cuando subterráneamente se están adoptando las decisiones para encontrar una salida institucional a la problemática situación que se vive.

Téngase presente esto. Aún no han desaparecido las repercusiones de la lucha del Pueblo. La disolución de las 20 Organizaciones y la marcha hacia un Congreso General de la CGT. que pareciera todo instrumentado por la Dictadura, arrojará muchas sorpresas, ya en el camino, ya en el propio Congreso si llega a realizarse. El contenido del manifiesto del l de Mayo de la CGT de los Argentinos es patrimonio de toda la Clase Trabajadora y bajo una u otra denominación, reaparecerá más allá de las formalidades de rótulo o designaciones, como la expresión verdadera de las grandes posiciones y aspiraciones de los trabajadores y del Pueblo todo.

Decía la última parte de la moción de Córdoba en Río Hondo: “Nadie duda ya y los públicos pronunciamientos así lo indican, de una convergencia de problemas de los trabajadores, de los estudiantes, de los profesionales de los empresarios nacionales, de los sectores industriales y campesinos. La gran convergencia de problemas, hace el gran problema que padece el País todo. Las soluciones no vendrán por las vías que plantea el Gobierno. Las soluciones vendrán si se basan e interpretan las aspiraciones del pueblo, de cuyo contenido se fundamentan los más esclarecidos documentos nacionales e internacionales. Cuyo eco lo registran las encíclicas recientes, particularmente la “Populorum Progressio”, cuya difusión también ha sido prohibida por el equipo que detenta arbitrariamente el poder. Los trabajadores de Luz y Fuerza exhortan a la coincidencia, a la unidad general, inspirados todos en el espíritu de la nacionalidad, para lograr la vigencia de una democracia sin restricciones, donde pueda expresarse libre- mente la opinión popular, el ejercicio del gobierno por quiénes sean elegidos por la mayoría del Pueblo, la implantación de un programa económico del real desarrollo con la suma de esfuerzos de todos, el imperio de la justicia social para los argentinos y la preservación de la soberanía nacional”.

En el trajinar de la lucha, hasta quienes más se identificaron con Onganía, que lo agasajaron, los miembros dirigentes nacionales de Luz y Fuerza, al concluir la reunión que tuvo la ex “Comisión de los 20”, tomaron la siguiente resolución:

“Que de la entrevista presidencial no han surgido soluciones concretas y objetivas a los puntos planteados lo que imponía la necesidad de mantener las medidas de fuerza dispuestas oportunamente, sin perjuicio de proseguir realizando todas las gestiones que se estimaran convenientes para lograr soluciones.”

La Unión Obrera Metalúrgica, en su reciente “Solicitada” del 22 del corriente mes, señala en dos de sus párrafos:

“Que el País está atravesando por una de las etapas más críticas de su historia, donde los más elementales principios de libertad y soberanía han sido conculcados y donde el Pueblo argentino es el convidado de piedra en las resoluciones y determinaciones que unilateralmente adopta un Poder Ejecutivo que se ha apoderado del manejo de los destinos de la Patria, como en aquellas épocas donde el señor mandaba y los demás, reverentemente, tenían la obligación de obedecer.

“Que nuestra otrora pujante industria nacional ha pasado a ser presa fácil de la voracidad de los monopolios internacionales con lo que se la ha sentenciado a desaparecer o a transformarse en instrumento para la penetración económica imperialista, como ocurre con el sistema bancario y demás fuentes básicas que hacen al fortalecimiento y afianzamiento de nuestra industria y soberanía.”

Como se ve, de éstas decisiones, otrora casi “extremistas” para quienes las propugnan, en los próximos meses recrudecerá la lucha popular por la justicia social y la liberación nacional.

Nuestro Sindicato debe mantener y sostener con más firmeza que nunca los postulados que sostuvo en la moción de Río Hondo, que efectivizó en la CGT de los Argentinos y en la Comisión Coordinadora de ambas CGT de Córdoba. La historia le ha dado y le seguirá dando la razón, porque el rumbo fundamental de la historia no cambia, a despecho de quienes quieren frenar su curso, como los participacionistas que hoy se hacen la ilusión de dominar la CGT para ponerla al servicio de Onganía.

Las fuerzas de la justicia social y de la liberación nacional tomarán distinto nombre y forma, pero siempre estarán presentes para desbaratar las maniobras de la oligarquía y la reacción, que pretenden un Movimiento Obrero domesticado para mantener a la Patria sometida.

UN COMPAÑERO

                                                                                                                                  (Seudónimo de Tosco)