1  JULIO DE 1960

 DETENIDOS POR AUTORIDAD MILITAR

 Transferencia a la justicia ordinaria de los detenidos bajo la autoridad militar * Plan Conintes * Movimiento Obrero y Ley Federal de Emergencia * Imperio de la Constitución Nacional.

 Una extraordinaria concurrencia ocupó totalmente el amplio salón de la Sociedad Española de Socorros Mutuos.

El permanente interés con que se siguió la exposición de los distintos oradores, mostró elocuentemente el afán del Pueblo por enterarse de las razones fundamentales que darían a conocer los participantes, interpretando el sentimiento popular adverso a los procedimientos instaurados como norma en nuestro país.

Los frecuentes aplausos con que se rubricaron las más acertadas intervenciones oratorias, dieron cuenta también de la fervorosa identidad del público presente con las postulaciones democráticas y populares, expuestas en la Magna Asamblea.

A los efectos de hacer permanente tan histórico debate, reproducimos seguidamente la síntesis de la versión taquigráfica que fuera tomada en esa oportunidad.

 

Sr. Presidente (Arnaldo Murúa).- Señoras, señores, compañeras, compañeros:

Aquí a esta verdadera tribuna popular de la democracia, se ha dado cita toda la civilidad cordobesa, respondiendo al llamado del Sindicato Luz y Fuerza de Córdoba, a fin de debatir un tema que, como el de las libertades públicas, apasiona a todos los que llevan dentro de sí el sentimiento de justicia y sostienen como derecho inalienable el respeto a la dignidad humana.

El temario a desarrollar es el siguiente: 1) Transferencia a la justicia ordinaria de los detenidos bajo la autoridad militar; 2) Plan Conintes; 3) Movimiento Obrero y ley federal de emergencia; 4) Imperio de la Constitución Nacional.

En primer lugar, y abriendo esta mesa redonda, lo hará el compañero Agustín J. Tosco, Secretario General del Sindicato de Luz y Fuerza.

 

Tosco.- Compañeras, compañeros:

El Sindicato de Luz y Fuerza de  Córdoba agradece profundamente la asistencia de los señores que representan entidades estudiantiles, partidos políticos, a la CGT y a todos los compañeros y ciudadanos que se han hecho presentes en esta magnífica asamblea pública, para exteriorizar su opinión, y sus inquietudes con respecto a la tremenda crisis que vive nuestro país.

El Sindicato de Luz y Fuerza de Córdoba, perfectamente compenetrado de la misión histórica que le corresponde a la clase trabajadora, no quiere reducir su acción al simple ámbito de la discusión de los convenios colectivos de trabajo o reclamos individuales de sus afiliados. Entiende que esa es una situación particular, condicionada a la situación general. Si la situación general es negativa, es contraria a los intereses de los trabajadores y de la población, es evidente que en ese pequeño ámbito donde actúa el Sindicato, de los derechos individuales de los trabajadores, también va a encontrar las mismas dificultades. Ya tenemos precedentes magníficos de otras organizaciones obreras que han incursionado en ese verdadero campo de la defensa del patrimonio nacional. El ejemplo de la gloriosa huelga del gremio bancario, de la gran resistencia de los trabajadores del Frigorífico Nacional, la gran lucha de los obreros petroleros para evitar la entrega de nuestras riquezas básicas a los consorcios extranjeros, son normas que nos sirven de antecedente para actuar en estas circunstancias.

Esta mesa redonda tiene por objetivo fundamental discutir los problemas que vive el pueblo argentino, cambiar opiniones entre todos, tratar de aportar con un juicio sereno y objetivo las soluciones que se consideran necesarias para superar esta situación.

El gran Sarmiento dijo que hay que educar al soberano.

Nuestra organización sindical, a través de esta mesa redonda pretende que todos los trabajadores puedan tener amplio conocimiento sobre los fundamentos económicos, jurídicos y políticos que están conformando esta situación tan desgraciada.

Creemos los trabajadores que no se puede educar al soberano, al pueblo, mediante medidas de tipo represivo como las que se están adoptando. Por eso hemos invitado a las organizaciones estudiantiles, que simbolizan a las nuevas generaciones, que simbolizan a la juventud incontaminada, para que también den su palabra ante los hombres maduro y expresen cual es su criterio respecto a esta situación, si entienden que de la forma que se actúa en este momento se enseña democracia o si se esta mostrando un camino que, lamentablemente, de seguir así, terminará en una dictadura, con la negación de todos los derechos, hasta los mas elementales de la ciudadanía. (Aplausos).

Por eso nosotros exhortamos a todos los compañeros de esta mesa redonda a trabajar constructivamente para lograr el imperio de la Constitución Nacional y vencer en una acción común a los intereses creados, que son casualmente los que fundamentan este estado de cosas, para poder sacar limpias sus ganancias y mantener sus privilegios.

Los temas de la misma son, como se ha dicho, transferencia de los detenidos bajo la autoridad militar a la justicia ordinaria; plan Conintes; movimiento obrero y ley federal de emergencia, e imperio de la Constitución Nacional.

Nuestra organización ha dado varios comunicados públicos. Ha planteado que es urgente la transferencia a la justicia ordinaria de todos los detenidos bajo la autoridad militar. Nos atrevemos a no emplear el término “justicia” militar, porque para los civiles no puede aplicarse; por eso no decimos transferencia de justicia militar a justicia ordinaria, sino transferencia de autoridad militar a justicia ordinaria. (Aplausos)

Hemos dicho públicamente que no hacemos gala de la inocencia de nuestros compañeros, aún cuando presumimos su inocencia. Lo que sí hemos criticado abiertamente es que estos compañeros y ciudadanos son detenidos a altas hora de la noche. En el caso nuestro a las tres de la mañana, patrullas militares allanando los domicilios, haciendo levantar a mujeres y niños y llevándose al trabajador para incomunicarlo por largo tiempo. No encontramos una razón justificada para que los trabajadores, que tiene que levantarse todas las mañanas para ir a ganar el pan de todos los días y llevarlo a su hogar, tenga que recurrirse al procedimiento de ir a las tres de la mañana a buscarlos, cuando nosotros estamos seguros que estos compañeros iban a acudir adonde se los citara. Por lo tanto, además de criticar, hemos señalado que repudiamos el tipo de terrorismo psicológico y de intimidación pública que se plantea con estos procedimientos de las patrullas militares. (Aplausos).

Nuestra organización tiene una triste experiencia. Hace dos años, en esas detenciones en masa, cayeron dos compañeros de Luz y Fuerza. Estos compañeros estuvieron más de treinta días detenidos. Sin embargo luego salieron en libertad, sin culpa y sin cargo. Hace unos días los diarios de Córdoba reprodujeron un comunicado donde se señalaba que un señor de la policía, luego de haber estado más de treinta días preso, también salió sin culpa y sin cargo. Nosotros preguntamos: ¿A ese señor que se le restituye la libertad, quien le restituye el perjuicio moral causado al nombre y a la familia del trabajador? ¿Quién le restituye el perjuicio económico, la privación de su salario mensual, al trabajador y su familia? ¿Quién le restituye el daño de ese dedo acusador de mucha gente que no comprende la situación, señalándolo como terrorista, como enemigo de la sociedad?. Nadie.

Hemos planteado a la autoridad militar que se han trastocado todos los términos, se han subvertido los valores jurídicos, las normas tradicionales, los conceptos elementales de la justicia.

La justicia, la Constitución lo dice, la Declaración Universal de los Derechos del Hombre, sancionada en 1948, de todas las naciones del mundo, dicen que todo ciudadano es presumiblemente inocente mientras no se pruebe su culpabilidad. Sin embargo, aquí todos son presumiblemente culpables, mientras no se pruebe su inocencia, y eso no puede ser. (Aplausos).

Hemos dicho –y ha sido la primera organización sindical que dió un comunicado en ese aspecto- que repudiamos el terrorismo. Esa no es una medida de lucha de la clase trabajadora. La medida de lucha está en su organización, en su unidad y no en colocar bombas, que en definitiva sólo sirven para aumentar la represión. Todos sabemos que muchas veces los propios intereses relacionados con la reacción son los que ponen bombas, para luego justificar la represión. Entonces, nadie, por más fanático que sea, debe entrar a hacerles el juego. Por eso repudiamos la medida terrorista, y ratificamos que no la medida de acción, de lucha de la clase trabajadora. (Aplausos).

Luego de esta acción de esclarecimiento público, nuestro sindicato ha gestionado una entrevista con la autoridad militar. Nos recibió en forma muy cordial el Coronel Vélez, jefe de Estado Mayor de la IV División de Ejercito, a cargo circunstancialmente del comando. Le explicamos todas estas situaciones. La conversación duró dos horas. El coronel Vélez manifestó, como ya se ha señalado públicamente, que ellos reciben órdenes; que las fuerzas armadas son sólo un brazo ejecutor y que no imponen nada al gobierno, sino que, en última instancia, sólo hacen sugerencias. Nosotros le hemos señalado que la Constitución Nacional nos asigna, particularmente a cada trabajador, a cada ciudadano, una serie de derechos y una serie de obligaciones. La autoridad, la jerarquía, tiene valor siempre y cuando se encuadre dentro de los preceptos constitucionales. Yo, ciudadano, si mi jefe de taller me ordena que robe o el presidente de la Nación me ordena que robe, no lo voy a hacer aunque sea una jerarquía superior la que me ordene, porque la Carta Fundamental, los preceptos constitucionales dicen que no. Y las fuerzas armadas también tienen su misión, señalada por la Constitución Nacional: defendernos de una agresión exterior o defender la permanencia de las instituciones, y no se está haciendo. Entonces, o es otorgarle facultades extraordinarias al Poder Ejecutivo o es no cumplir con el mandato que le confiere la propia Constitución Nacional. (Aplausos).

Hemos planteado insistentemente nuestro postulado fundamental en esta circunstancia: la transferencia de los detenidos bajo la autoridad militar, a la justicia ordinaria. Se nos señaló que este anhelo de la Organización iba a ser comunicado al general Landa y a las autoridades superiores, y que luego se nos iba a contestar. Hasta el momento –lógico, recién hace dos días- no hemos recibido ninguna contestación. Nosotros vamos a seguir insistiendo, como lo hemos hecho en esta oportunidad, para que nuestros compañeros sean transferidos a la justicia ordinaria.

Los periódicos señalaron, a continuación del informe de la entrevista con el coronel Vélez, que los cuatro compañeros habían confesado su participación en actos subversivos. Oficialmente no hay ninguna información, y nosotros aquí, públicamente, decimos: que no todos los compañeros de Luz y Fuerza han declarado. Así que si no han declarado todos, no pueden haberse confesado convictos los cuatro y participantes de la actividad subversiva. Señalamos que hay una serie de rumores que pretenden confundir al pueblo. En este caso se ha dicho públicamente, sin señalar la fuente de información oficial, que los cuatro compañeros son convictos y confesos de participar en actividad subversiva. Damos a conocer esta situación, para advertir y alertar a la opinión pública sobre una serie de rumores y confusiones, que tienden, en definitiva, a frenar y a confundir la acción que pueda desarrollar la ciudadanía y la clase trabajadora en procura de sus justos objetivos.

Nosotros habíamos invitado a esta mesa redonda al profesor César Enrique Romero. El mismo mostró su adhesión para con nuestra actitud. Lamentablemente, tiene que dar clase en la Universidad Nacional de Buenos Aires –nos mostró los pasajes- y se ausentó, pero nos dejó un escrito que señala el aspecto jurídico de esta situación, a los efectos de que pudiéramos contribuir al esclarecimiento de la gente. Vamos a dar lectura a algunos párrafos, a los efectos de que todos los compañeros puedan conocer cuál es la opinión de un profesional de la Universidad. Dice el mismo, refiriéndose a los decretos números 2628/60 y 2639/60: (Se da lectura).

Esa es la opinión del profesor de Derecho Constitucional, doctor César Enrique Romero.

Ahora vamos a continuar, compañeros, con el hecho de que bajo pretexto del terrorismo, el Poder Ejecutivo Nacional ha enviado al Congreso un proyecto de Ley Federal de Emergencia, para la represión del terrorismo. Desgraciadamente, en el articulado de este proyecto de ley se inserta el artículo 6, que va directamente contra el ejercicio del derecho de huelga prescripto en la Constitución Nacional. El artículo 6 de este proyecto de ley dice lo siguiente:

-Se lee.

La última frase que dice “o de cualquier modo lo impidiere, perturbare o interrumpiere”, significa, lisa y llanamente, la supresión del derecho de huelga, es decir, que dentro de todas estas medidas concurrentes contra la acción popular, hoy se inserta un artículo que reprime directamente el derecho de huelga.

Y es que hay una coincidencia dentro de la política del gobierno nacional, que indica claramente su actitud antipopular y contraria al ejercicio de los derechos de la ciudadanía. Comenzamos por que el costo de la vida aumentó, desde hace un año, en un 42,08 por ciento, según estadísticas oficiales; que se ha producido la liberación de precios, etcétera. El índice de ocupación en 1952 era de 100; ha descendido, en 1958, a 96,5; en 1957, a 92,7; y en enero de 1960, ha bajado a 88. Es decir, que la desocupación, en 2 años, ha aumentado en un diez por ciento.

Es decir, elevación del costo de vida; liberación de precios; aumento de la desocupación; no sanción de la ley modificatoria sobre despido arbitrario 11.729, que facilitaba la cesantía por el pago de indemnizaciones irrisorias; violación de la ley de asociaciones profesionales, desconociendo a sindicatos; violación de la ley de convenciones colectivas de trabajo, dilatando las discusiones y no permitiendo las celebración de contratos de trabajo al vencimiento de los anteriores; actitud parcial del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, con intervención a la organización sindical, persecución y encarcelamiento de dirigentes; plan económico impuesto por el Fondo Monetario Internacional; detención abusiva de ciudadanos y trabajadores, y proyecto de Ley Federal de Emergencia. Esa es toda una acción concurrente que lleva por propósito conculcar los derechos de la ciudadanía. Por eso nosotros planteamos, como último punto de esta mesa redonda, el imperio de la Constitución.

No habrá paz en la República Argentina, no habrá tranquilidad, ni posibilidad de engrandecerla como todos queremos, ni habrá posibilidad de ejercitar nuestros derechos, mientras la Constitución Nacional sea algo ajeno al pueblo argentino, sea algo proscripto de las normas que se usan en nuestro país, sea sólo una bandera de quienes tienen inquietudes civiles y ciudadanas. (Aplausos).

Y con respecto al artículo 14, que establece una serie de derechos con respecto a la clase trabajadora, tales como el salario mínimo vital y móvil; la jubilación del 82 y 75 por ciento; el derecho de huelga; el reconocimiento a la constitución de las organizaciones, etc., mientras no impere en un todo la Constitución Nacional, serán vanas e hipócritas las declaraciones del estado de derecho, serán vanas e hipócritas las declaraciones de las fuerzas armadas, de todos los consorcios, como ACIEL, la Bolsa de Comercio, que enarbola en este momento que para cumplir con las leyes, con las normas jurídicas, es necesario llevar adelante este plan repudiado de represión. Por eso nosotros, superando todas las dificultades que se nos presentan, toda esta materia de confusiones, de rumores, de pretender tergiversar nuestra limpia y sana acción, vamos a seguir como organización sindical luchando por la vigencia, por el imperio de la Constitución Nacional. Vamos a seguir repitiendo que es necesario hacer democracia y es necesario hacer Patria, teniendo el concepto aquel de un gran ciudadano argentino, maestro de la juventud, como José Ingenieros, que señalaba en su libro “Las Fuerzas Morales”:

“Sólo es patriota el que ama a sus conciudadanos, lucha por el bienestar de su pueblo sacrificándose por emanciparlo de todos los yugos, el que cree que la Patria no es la celda del esclavo sino solaz del hombre libre. Nadie tiene derecho a invocar a la Patria mientras no pruebe que ha contribuido con obras a honrarla y engrandecerla. Convertirla en instrumento de facción, de clase, partido es menospreciarla. No es patriotismo el que de tiempo en tiempo chisporrotea en adjetivos sino quien trabaja de manera constante para la dicha y gloria común”. (Aplausos).

En ese profundo contenido de la profesión democrática de un maestro de la juventud que nos señala sin claudicación el camino que debemos seguir, el Sindicato de Luz y Fuerza luchará permanentemente para llevar adelante sus objetivos del pueblo, fundamentalmente de la clase trabajadora.

Desde esta mesa convocamos a todos los juristas y abogados, sin consideraciones ideológicas, sin diferencias de ninguna naturaleza, para que despojándose de toda otra cuestión que no sea la defensa del ser argentino, la defensa de los derechos de los ciudadanos y de los trabajadores, contribuyan con nuestra organización a presentar los recursos de amparo, para que de una vez por todas, los trabajadores argentinos podamos decir que en nuestro país, merced al esfuerzo, al sacrificio, a los desvelos de los hombres de trabajo y de los ciudadanos probos, impere definitivamente nuestra Constitución Nacional. Nada más. (Aplausos).

AUTORIDADES DE LA MESA REDONDA

Diversos sectores políticos y representantes sindicales se hicieron presentes en la mesa redonda que debatió el problema de los detenidos por autoridades militares. Ello quedó patentizada en la mesa que presidió el debate, en donde, de izquierda a derecha, se observan a: Juan Zárate (Secretario General de la CGT), Miguel Aspítia, Dr. Néstor [Gallina], Dr. Armando Obregón Cano, Dr. Santiago H. Del Castillo, compañero Agustín J. Tosco, compañero Arnaldo Murúa (presidente), Dr. Luis F. Sánchez, compañero Cevallos, Sr. Rubén Taborda, Sr. Stolzing, Dr. Héctor Raúl González y Sr. Somonlán.