14 de Febrero de 1969

ELECTRUM Nº 207

 COMUNICADO DE PRENSA: EL GOBIERNO DE CÓRDOBA, LA JUSTICIA Y EL MOVIMIENTO OBRERO

 Un bochornoso episodio sacude la opinión pública provincial y nacional. Un acontecimiento más, de los tantos que jalonan el tortuoso camino de la dictadura en sus distintos niveles, llevando al país hacia su frustración y su sometimiento.

La clase trabajadora, oprimida por una política de privilegios económicos, sociales y políticos, instrumentados por la reacción y el gobierno, perseguida en sus movimientos de justa protesta, encarcelados por cientos y por miles sus manifestantes, reclamando sus libertades esenciales, sus derechos ciudadanos, el esclarecimiento de los actos criminales que cegaron la vida de compañeros como Vallese, Musi, Retamar, Méndez, Hilda Guerrero e Molina, de estudiantes como Pampillón, heridos e inutilizados como Aravena; a esa clase trabajadora a la que pertenece honrosamente Luz y Fuerza, comprueba hoy cómo el gobierno de Córdoba y conspicuos miembros del poder judicial amparan y protegen a sus amigos, a sus parientes, a sus socios, abusando y abusando  del poder público que nadie les confirió por su soberana voluntad.

 EL CASO VALINOTTO:

El caso Valinotto es una muestra más de lo que está ocurriendo. Las mínimas y pocas

garantías existentes desaparecen drásticamente, el permanente cuestionamiento de la acción del desgobierno que usurpa el poder, que ha realizado la clase trabajadora cordobesa, va siendo confirmada por los hechos cotidianos. Un equipo gobernante, contrario a todo interés popular, que todavía pretende rodearse de sumisos y “representativos dirigentes” en el proyectado Consejo Asesor para “tener en cuenta la voz del pueblo”, comete actos que lesionan lo más íntimo de la sensibilidad humana y para colmo los defiende como si fuesen una causa justa.

La valiente voz del periodismo, en particular del diario La Voz del Interior, permitió descubrir lo que ya constituye una lacra incurable en el seno del poder gobernante que también alcanza a miembros de la justicia.

El Sindicato de Luz y Fuerza de Córdoba se suma a todas las voces de protesta y de repudio por lo que ocurre y preocupado especialmente por el conocimiento de los hechos señala:

El caso Valinotto ha puesto a prueba la contextura moral del gobierno y de la Justicia de Córdoba. El juez Dr. Cortés Funes, por si y ante si, al margen de la aplicación justa y ecuánime del derecho lo ha incriminado a un homicida –uno de los más graves delitos que pueda consumar el hombre- nada más ni nada menos, la figura que prescribe una legitima defensa punitiva excedida.

El Sr. Juez, marginando los hechos reales del proceso suficientemente probados en actos, se pretende de un error de hecho, que no es tal, resuelva el caso penal soslayando la realidad objetiva y testimonios inobjetables, para justificar el desacierto en la elección complaciente de un delito de menor cuantía, pero que le costó la vida a un joven obrero, herido de bala y abandonado en el pavimento de una de las rutas del Valle de Calamuchita.

El caso Valinotto no tiene precedentes, porque se ha querido cubrir el cielo con las manos, recurriéndose al testimonio de un Obispo ajeno a las transformaciones esperadas en la Iglesia Universal; también al ministro, Dr. Martínez Galetti, que tarda en renunciar indeclinablemente, ya que su simple renuncia ha sido rechazada, en una muestra de gran confianza por parte del gobernador Dr. Caballero, pese a la sociedad que lo vinculaba con Valinotto padre, hoy dedicado a servir ahincadamente al oficialismo y a la regresión operada en la República, y como es lógico no podía faltar el de un miembro de la Justicia que integra el más alto tribunal de la provincia. Con esos elementos, no obstante la prueba definitiva que resulta de las declaraciones de los testigos que presenciaron el crimen, el joven Dr. Valinotto no conoció las molestias de la cárcel, no hablemos de sinsabores, recuperando su libertad en un tiempo récord.

Desde el lugar del hecho, dirigiendo su propio automóvil, acompañado de un vigilante para guardar las formas, el criminal se dirigió hasta la Casa de Gobierno donde se reunió el cónclave para planear la operación rescate.

El Sr. Juez, quitándole horas al sueño, elucubró el auto de procesamiento levantando la cortina de humo de un supuesto error de hecho, ni siquiera invocado por el Dr. Valinotto, que hizo ejercitar una defensa imposible, alegando haber tropezado con una piedra que provocó según su peregrina opinión, el disparo del arma que esgrimía y el impacto al vientre del joven obrero Ramírez que había descendido del automóvil, cuyos desperfectos le habían sido encomendados para su reparación por el suegro del prevenido. El Sr. Juez no dejó de contar por cierto con la colaboración del fiscal Achával, que sordo a los reclamos de la justicia, en lugar de apelar al auto de procesamiento, coincidió con sus conclusiones.

Herido de muerte el obrero Ramírez, sin los auxilios de la medicina, que acaso pudieran salvar su existencia, fue atendido por un camionero que no pudo trasladarlo con vida al sanatorio más próximo, porque murió en el trayecto, víctima de la insensibilidad humana de un abogado egresado de la Universidad no hace mucho tiempo.

El Sr. Juez, al margen de la declaraciones del justiciable Valinotto, elucubró su propia teoría, dejando de lado las dudas que pudo tener, transgrediendo el principio jurídico en cuya virtud a dichas dudas hay que hacerlas jugar, no en favor del autor del hecho, sino en su contra, olvidándose de deberes que difícilmente un juez puede dejar de lado. Nadie ignora que sólo el Tribunal de Juicio o de Sentencia podrá –si las dudas existen en la realidad fáctica- recién aplicarlas a favor del reo. Los testigos llamados de abono, coincidieron en destacar las virtudes del homicida y fueron levantadas sin duda, para respaldar las conclusiones a que arribara este original magistrado, que ha preferido complacer al gobierno, dándole la espalda a la sociedad y al pueblo.

Una vez más el Sindicato de Luz y Fuerza de Córdoba reclama el imperio de la verdadera justicia. Reclama que la voluntad popular sea la que decida sobre quién debe y cómo debe gobernar.

Que la clase trabajadora y el pueblo sea respetado en sus derechos y que todos los argentinos, con un auténtico sentir nacionales unan y accionen desde todas las instituciones a que pertenecen para erradicar la dictadura y crear un porvenir más digno para el país.

 

A CORDOBA, 12 de febrero de 1969

p. SINDICATO DE LUZ Y FUERZA DE CORDOBA

Agustín Tosco

Secretario General

14 de Febrero de 1969

ELECTRUM Nº 207

 

COMUNICADO DE PRENSA: EL GOBIERNO DE CORDOBA, LA JUSTICIA Y EL MOVIMIENTO OBRERO

 

Un bochornoso episodio sacude la opinión pública provincial y nacional. Un acontecimiento más, de los tantos que jalonan el tortuoso camino de la dictadura en sus distintos niveles, llevando al país hacia su frustración y su sometimiento.

La clase trabajadora, oprimida por una política de privilegios económicos, sociales y políticos, instrumentados por la reacción y el gobierno, perseguida en sus movimientos de justa protesta, encarcelados por cientos y por miles sus manifestantes, reclamando sus libertades esenciales, sus derechos ciudadanos, el esclarecimiento de los actos criminales que cegaron la vida de compañeros como Vallese, Musi, Retamar, Méndez, Hilda Guerrero e Molina, de estudiantes como Pampillón, heridos e inutilizados como Aravena; a esa clase trabajadora a la que pertenece honrosamente Luz y Fuerza, comprueba hoy cómo el gobierno de Córdoba y conspicuos miembros del poder judicial amparan y protegen a sus amigos, a sus parientes, a sus socios, abusando y abusando  del poder público que nadie les confirió por su soberana voluntad.

 EL CASO VALINOTTO:

El caso Valinotto es una muestra más de lo que está ocurriendo. Las mínimas y pocas

garantías existentes desaparecen drásticamente, el permanente cuestionamiento de la acción del desgobierno que usurpa el poder, que ha realizado la clase trabajadora cordobesa, va siendo confirmada por los hechos cotidianos. Un equipo gobernante, contrario a todo interés popular, que todavía pretende rodearse de sumisos y “representativos dirigentes” en el proyectado Consejo Asesor para “tener en cuenta la voz del pueblo”, comete actos que lesionan lo más íntimo de la sensibilidad humana y para colmo los defiende como si fuesen una causa justa.

La valiente voz del periodismo, en particular del diario La Voz del Interior, permitió descubrir lo que ya constituye una lacra incurable en el seno del poder gobernante que también alcanza a miembros de la justicia.

El Sindicato de Luz y Fuerza de Córdoba se suma a todas las voces de protesta y de repudio por lo que ocurre y preocupado especialmente por el conocimiento de los hechos señala:

El caso Valinotto ha puesto a prueba la contextura moral del gobierno y de la Justicia de Córdoba. El juez Dr. Cortés Funes, por si y ante si, al margen de la aplicación justa y ecuánime del derecho lo ha incriminado a un homicida –uno de los más graves delitos que pueda consumar el hombre- nada más ni nada menos, la figura que prescribe una legitima defensa punitiva excedida.

El Sr. Juez, marginando los hechos reales del proceso suficientemente probados en actos, se pretende de un error de hecho, que no es tal, resuelva el caso penal soslayando la realidad objetiva y testimonios inobjetables, para justificar el desacierto en la elección complaciente de un delito de menor cuantía, pero que le costó la vida a un joven obrero, herido de bala y abandonado en el pavimento de una de las rutas del Valle de Calamuchita.

El caso Valinotto no tiene precedentes, porque se ha querido cubrir el cielo con las manos, recurriéndose al testimonio de un Obispo ajeno a las transformaciones esperadas en la Iglesia Universal; también al ministro, Dr. Martínez Galetti, que tarda en renunciar indeclinablemente, ya que su simple renuncia ha sido rechazada, en una muestra de gran confianza por parte del gobernador Dr. Caballero, pese a la sociedad que lo vinculaba con Valinotto padre, hoy dedicado a servir ahincadamente al oficialismo y a la regresión operada en la República, y como es lógico no podía faltar el de un miembro de la Justicia que integra el más alto tribunal de la provincia. Con esos elementos, no obstante la prueba definitiva que resulta de las declaraciones de los testigos que presenciaron el crimen, el joven Dr. Valinotto no conoció las molestias de la cárcel, no hablemos de sinsabores, recuperando su libertad en un tiempo récord.

Desde el lugar del hecho, dirigiendo su propio automóvil, acompañado de un vigilante para guardar las formas, el criminal se dirigió hasta la Casa de Gobierno donde se reunió el cónclave para planear la operación rescate.

El Sr. Juez, quitándole horas al sueño, elucubró el auto de procesamiento levantando la cortina de humo de un supuesto error de hecho, ni siquiera invocado por el Dr. Valinotto, que hizo ejercitar una defensa imposible, alegando haber tropezado con una piedra que provocó según su peregrina opinión, el disparo del arma que esgrimía y el impacto al vientre del joven obrero Ramírez que había descendido del automóvil, cuyos desperfectos le habían sido encomendados para su reparación por el suegro del prevenido. El Sr. Juez no dejó de contar por cierto con la colaboración del fiscal Achával, que sordo a los reclamos de la justicia, en lugar de apelar al auto de procesamiento, coincidió con sus conclusiones.

Herido de muerte el obrero Ramírez, sin los auxilios de la medicina, que acaso pudieran salvar su existencia, fue atendido por un camionero que no pudo trasladarlo con vida al sanatorio más próximo, porque murió en el trayecto, víctima de la insensibilidad humana de un abogado egresado de la Universidad no hace mucho tiempo.

El Sr. Juez, al margen de la declaraciones del justiciable Valinotto, elucubró su propia teoría, dejando de lado las dudas que pudo tener, transgrediendo el principio jurídico en cuya virtud a dichas dudas hay que hacerlas jugar, no en favor del autor del hecho, sino en su contra, olvidándose de deberes que difícilmente un juez puede dejar de lado. Nadie ignora que sólo el Tribunal de Juicio o de Sentencia podrá –si las dudas existen en la realidad fáctica- recién aplicarlas a favor del reo. Los testigos llamados de abono, coincidieron en destacar las virtudes del homicida y fueron levantadas sin duda, para respaldar las conclusiones a que arribara este original magistrado, que ha preferido complacer al gobierno, dándole la espalda a la sociedad y al pueblo.

Una vez más el Sindicato de Luz y Fuerza de Córdoba reclama el imperio de la verdadera justicia. Reclama que la voluntad popular sea la que decida sobre quién debe y cómo debe gobernar.

Que la clase trabajadora y el pueblo sea respetado en sus derechos y que todos los argentinos, con un auténtico sentir nacionales unan y accionen desde todas las instituciones a que pertenecen para erradicar la dictadura y crear un porvenir más digno para el país.

 A CORDOBA, 12 de febrero de 1969

p. SINDICATO DE LUZ Y FUERZA DE CORDOBA

Agustín Tosco

Secretario General