12
de Septiembre de 1969
“ELECTRUM”
Córdoba - N° 234
REFLEXIONES
BREVES. ¿IGNORANCIA, CINISMO O SOBERBIA?
En el N° 23 1 de nuestra publicación sindical apareció un comentario referido a los representantes obreros víctimas de la represión. Se reprodujo una frase del semanario “Resultado”, que señalaba:
“La cárcel habrá servido para reflexionar (. . .) sobre el pasado, sobre su experiencia inmediata, sobre el valor y la oportunidad de su intransigencia, como sobre la esencia negociadora del movimiento sindical moderno.”
Al acertado enfoque realizado con relación al alcance y contenido político de esa frase, queremos agregar, desde un probable punto de vista de los propios encarcelados, lo siguiente:
Innegablemente el redactor de “Resultado” recurre al medio de “persuasión” de la cárcel, tocando a la flaqueza humana, como factor de reflexión para cambiar los conceptos, renegar de las convicciones y someter la justa rebeldía contra un orden arbitrario e injusto que se pretende establecer indefinidamente.
…En el título hacemos una pregunta: ¿cinismo o soberbia? Es una interrogación que implica la opción para responder con una de las calificaciones, que adjudicamos al articulista del caso.
Ignorante, tal vez por hablar sin conocer la cárcel, e ignorante por equivocarse en que a todos la misma puede servirles como un correctivo ideológico.
Cínico, por si conoce de la injusticia que ha imperado para llevar a la prisión a los representantes sindicales y alardear como adecuada esa medida para castigar profundas aspiraciones humanas.
Soberbio, si de la aplicación de una fuerza tiránica extrae que puede ser eterna y bajo su amparo hablar o escribir con arrogancia de la presumible reflexión de los perseguidos y condenados.
Cualesquiera e incluso los tres calificativos pueden ser atribuidos al escribiente de “Resultado”. Pero al mismo tiempo recordarle, que, de la reflexión de los prisioneros, no es con exclusividad que han de sacarse la conclusiones de la prosperidad; es la templanza y la virtud a que él ha arribado.
Un viejo filósofo decía: “La virtud propia de la adversidad es la fuerza del alma, la más heroica de las virtudes morales”.
Y, ¿por qué no han de reflexionar así también nuestros condenados? ¿Por qué habrían de cambiar sus conceptos de que la negociación es sólo un aspecto particular y circunstancial en la vida del movimiento obrero y no su esencia, que sería como decir lo más importante de su misión histórica?
Indudablemente que si la cárcel no fuera penosa en muchos sentidos, no sería usada en estos casos como un castigo. Como una represión. Como un correctivo, no de las deficiencias de un reprobable comportamiento social, sino de las ideas, de las doctrinas y de la fe que tienen los condenados en la reivindicación de los derechos humanos.
Vana es la esperanza de este plumífero de “Resultado”. ¡Falsas son sus apreciaciones! No serán las rejas de la cárcel las que hagan reflexionar tan frágilmente a los representantes obreros.
Cuando las convicciones son firmes, cuando se es parte genuina del Pueblo avasallado, cuando se elige el camino de la verdad, de la justicia social y de la liberación nacional, las rejas lo que prueban es que el despotismo y la represión son los únicos “fundamentos ideológicos” que dispone el sistema y el régimen para postergar su definitiva sustitución por otro más humano, más acorde con la satisfacción de las necesidades económicas, sociales, políticas y culturales de la inmensa mayoría de la población.
Los representantes obreros presos no claudicarán de sus convicciones porque ellas han surgido del propio Pueblo y no configuran exclusivas actitudes personales. Las extraordinarias jornadas de lucha desarrolladas posteriormente al 29 y 30 de mayo y las que continuarán en el futuro, demuestran que las consignas levantadas reclamando profundos cambios estructurales y no simples negociaciones adaptacionistas al statu- quo, siguen y seguirán subsistiendo y ampliándose cada vez con mayor profundidad y vigor.
A la ignorancia letrada, al cinismo y a la soberbia le respondemos entonces con nuestra propia y auténtica reflexión, que es la que se hacen y sostienen los compañeros presos:
La adversidad es la prueba de la fortaleza del espíritu y de la integridad del hombre. Quienes saben que con esfuerzos y sacrificios se construye el futuro, no reflexionarán precisamente para conformar a los que se atan al pasado, viviendo los privilegios del presente; reflexionarán, sí, para ser más consecuentes todavía con los ideales que son patrimonio moral de la Clase Trabajadora y del Pueblo Argentino.
UN COMPAÑERO
(Seudónimo de Tosco)