11 de junio de 1971

“Electrum” 30  

CON EL DEDO EN LA LLAGA

REPRESION PARA LOS QUE LUCHAN

PROTECCION PARA LOS QUE CLAUDICAN

No estuve pero sé:

No estuve, no pude participar de uno ni de otro, de los actos programados por la CGT de Córdoba para el 28 de mayo y por la CGT Central para el 4 de junio.

Pero los denominados medios de comunicación de masas, me permitieron enterarme con bastante fidelidad de todo lo acontecido. Una cierta experiencia de años y un adecuado conocimiento de los protagonistas y de la circunstancia política que se vive, dan lugar entonces a este comentario. 

El 29 de Mayo:

La Clase Trabajadora de Córdoba decidió conmemorar el Segundo Aniversario del Glorioso Cordobazo, ligándolo a la continuidad de la lucha por los grandes problemas que afectan a las masas laboriosas y al pueblo en general.

No para “celebrar una huelga con otra huelga”, como equivocadamente señalara Julio Guillán, de Telefónicos de Buenos Aires, durante las secciones del Plenario Nacional de Gremios Combativos.

La existencia de presos gremiales, políticos y estudiantiles. La permanencia de la legislación opresiva y represiva. El mantenimiento del Estado de Sitio. Las trabas arbitrarias para resolver convenios colectivos de trabajo. La falta de solución real a jubilados y pensionados. El crecimiento de la carestía de la vida y tantas otras cuestiones candentes, justificaban plenamente el paro general activo d 28 de Mayo Asimismo un vibrante homenaje a todos los caídos durante las jornadas del Cordobazo, en especial su primera víctima, el compañero Máximo Mena, debía realizarse con el carácter que se programó.

No significaba un homenaje al caos y a la violencia, como lo proclamaban los comunicados castrenses.

Sí era un homenaje a la respuesta viril, civil y popular, de la gente desarmada enfrentando la violencia de un régimen neocorporativista que asesinó obreros y estudiantes, mujeres y hombres, que metió en la cárcel a miles de argentinos, que intervino Sindicatos, que sancionó y persiguió a trabajadores, que congeló los salarios, que promovió el participacionismo vergonzante, que aplicó las quitas zonales, que pretendió anular la ley del sábado inglés, que desconoció la antigüedad de los trabajadores del transporte, que fue complaciente con la Brigada Fantasma, que protegió a Valinotto y quiso tapar su caso, que inventó el Consejo Asesor para burlarse de la ciudadanía, que pisoteó los más elementales derechos humanos. Todo el aparato oficial, todos los medios represivos, directos y psicológicos se avalanzaron sobre la CGT de Córdoba, sobre el movimiento obrero, sobre el estudiantado, sobre los demás sectores populares. Las marchas militares y los comunicados agraviantes retumbaban por todas las bocas que podía utilizar el régimen para hacer fracasar el paro y la concentración. Pero el pueblo cordobés hizo caso omiso a los tremebundos anuncios y a las descaradas amenazas aceitadas con el gastado pretexto de garantizar la libertad de trabajo. El Paro fue total. Absoluto.

Sólo el cacareo de los usurpadores del gremio de la construcción, uno de los más castigados por la política reaccionaria, buscaron justificativos para quedar bien, justificativos de cobardes y vendidos. Cobardes por no animarse a decir lo que verdaderamente pensaban.

Vendidos porque su triste actitud fue utilizada por la represión para ponerlo como ejemplo: Ejemplo de dirigentes gallináceos que su propio gremio repudió con un acatamiento masivo al paro.

El acto central no pudo realizarse “por falta de espacio”, todo había sido ocupado por las fuerzas de represión. Pero en el corazón de todos los cordobeses luchadores se hizo un acto de emocionado recuerdo y en la mente de todos los cordobeses luchadores se hizo un acto de conciencia y de protesta.

Y esos miles y miles de actos no los pudieron impedir. Ni los frustraron. Ocupan y llenan los hogares, las calles, las plazas, la tierra y el cielo. Tienen la fuerza y la vitalidad de las grandes aspiraciones humanas, de los indestructibles ideales de redención social, de la fe en el hombre nuevo que construirá una nueva sociedad.

El 14 de junio

No estaban seguros si hacer un acto o no.

— ¿Para qué? Preguntaban algunos.

— ¿Por qué? Se interrogaban otros.

— ¿Y si la gente no viene?

— ¿y si la gente viene y nos repudia?

Que sí. Que no.

Y Rucci lo decidió.

Una fecha, un lugar.

— ¿28 de mayo? ¡No! dirán que estamos locos.

— ¡Cordobazo, no!

— ¿En una plaza pública? ¿Y cómo la llenamos? ¡No!

— ¿En una cancha de fútbol? ¿Y cómo controlamos?

— ¡A ver si nos pasa lo de Taccone en Independiente!

—Viernes 4 de junio. ¡Eso es! Una fecha de buenos recuerdos. A muchos que dudan le reafirmamos nuestras convicciones.

—Y en el Luna Park. Lo controlaremos. ¡Lo llenaremos!

—Y para que no duden que somos muy argentinos lo haremos con la consigna de Reafirmación Nacional.

—Tendremos que hacer una inmensa propaganda, alquilar ómnibus, bañaderas, etc.

—No importa, San Sebastián hará descontar los 500 pesos, ¡tendremos mil millones!

— ¡Todos nos fiarán!

Y el lunes 3 1 de mayo y el martes 1, y el miércoles 2, y el jueves 3, y el viernes 4 de junio lanzaron tandas publicitarias en todas las radios, en todos los canales de televisión, solicitadas en los diarios.

Treinta mil murales sobre las paredes que bordean las principales calles y avenidas. Cinco millones de volantes.

Todo verdad y con pruebas. La edición del diario “Crónica” del viernes 4 de junio a la mañana reprodujo ¡doce solicitadas!, de un cuarto de página, de media página, de página completa. Ni cuando vino De Gaulle a la Argentina se hizo tanta propaganda.

— ¡Y para asegurar paro activo!

—No. ¡No, paro activo no!

Paro pacífico a las 1 5 hs. para subir a las bañaderas e ir quietitos al Luna Park a aplaudir a Rucci.

—Y ojo que habrá dos mil “comisarios gremiales” que controlarán. Así que a no hacerse los locos que sino la van a ligar. 

El Luna en cuarto menguante

—Con toda la propaganda que hemos hecho. Con el paro alas 15 horas.

Con más de un millón de trabajadores en Capital y el Gran Buenos Aires.

Con las calles cortadas y la protección policial asegurada. Rebasaremos el Luna Park. Así lo decimos en una de las solicitadas.

— ¡Pero qué pasa son más de las 16 horas, ya debiéramos haber comenzado el acto y apenas hay dos mil tipos!

— ¡Bueno empecemos! ¡Ya son más de las 17 horas!

— ¡Mirá todo el lugar que queda sin cubrir!

Y no llegaron a diez mil.

Lo dicen casi todos los diarios. Aunque algunos lo “inflaron”.

El diario “Clarín” del lunes 7, de la presente semana, en página 24, al comentar el acto dice en un párrafo:

“La concentración organizada el 4 de Junio por la Confederación General del Trabajo en el Luna Park tuvo una concurrencia moderada, estimada por la mayoría de los observadores en algo menos de diez mil personas”

Y a ese que gritó: “¡Este Rucci es un macaneador! “.

Y a ese otro que reclamó: “¡Rucci, devolvé los quinientos pesos! “.

A esos dos los sacaron a los saltos del Luna Park. 

Para Ginebra me voy

Y ahora a Ginebra. Con todas las escalas que se quieran.

Un titular y siete asesores, todos “dirigentes” sindicales.

Total. . . con los mil millones sobra plata.

Ya me hicieron el discurso.

Tiene que estar dentro de la tónica del Gran Acuerdo Nacional.

Pero no podré dejar de hacerle críticas a Lanusse, a Mor Roig. Y allí estará San Sebastián.

La C.G.T. de Córdoba ha mandado telegramas.

Luz y Fuerza de Córdoba ha mandado telegramas.

- La Comisión Nacional Intersindical ha mandado tele gramas.

Los Gráficos han mandado telegramas.

No me podré quedar callado en la OIT con los presos en Argentina. La Mesa leerá los telegramas. Las delegaciones plantearán el asunto.

Tendré que decir algunas palabritas en general, sin nombrarlos, les gusta desmentirme. Palabras de “puro” compromiso.

Se lo aclararé a San Sebastián y a Mor Roig. No puedo quedar tan mal con el resto de delegaciones obreras de todo el mundo.

¡Con estos telegramas, los cordobeses y todos los otros, vienen a poner justo el dedo en la haga!

¡Ah! y los maestros.

Y los empleados públicos...

Y el estado de sitio.

¡Bah! mejor pensemos en otra cosa.

En las delicias del viaje.

— ¡Que se arreglen!

    ¡Yo estoy con el Gran Acuerdo y...  chau

UN COMPAÑERO

(Seudónimo de Tosco)